martes, 3 de noviembre de 2009

Ana en Alemania!




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Desde hace 4 días había comprado los boletos de tren para ir y volver del aeropuerto de Frankfurt y como uno nunca sabe que puede pasar cuando se trata de aviones y aeropuertos los compré abiertos. En Alemania uno puede comprar boletos relativamente baratos para una hora y tren específicos o boletos caros que te permiten viajar a la hora que quieras en trenes de alta velocidad en una ruta específica (que son los que compré). No me imaginé en ese momento lo importante que iba a ser esa decisión mas adelante...

El jueves 22 de octubre  por fin se acabaron los dos meses y medio lejos de Anita. Todavía fuí al lab un par de horas a sacar unas cajas que había dejado incubando, el plan era esperar hasta las 11 y salir a medio día rumbo para llegar a Frankfurt a las 3:00 pues el vuelo llegaba a las 2:50 o algo así. La verdad no me pude aguantar tanto tiempo así que me escape del lab y a las 11 ya estaba montado en el tren regional que va de Tübingen a Stuttgart. Las tres horas de viaje se fueron rápido y sin sobresaltos y a las 2 de la tarde me bajé en la terminal de trenes de alta velocidad del aeropuerto de Frankfurt. Como llevaba suficiente tiempo camine despacito hasta encontrar una pantalla donde busqué la terminal a la que llegaba el vuelo procedente de la Ciudad de México y que resultó ser la 1C. La mentada terminal está del otro lado del aeropuerto y la están remodelando por lo que la sala de espera es fría, incómoda y fea, afortunadamente no había mucha gente y me pude sentar en unas sillitas que tenían ahí como aventadas.  En ese momento desembarcaba un vuelo que venía de Japón y la sala se llenó de ojos rasgados y ese idioma que aprendí a odiar en el Instituto Goethe (simplemente no me gusta como suena, parece que hablan mientras mastican ligas). Así como llegaron se esfumaron los japoneses  y después de un tiempo el vuelo de Lufthansa desde México por fin apareció en la pantalla como aterrizado, eran las 3:00 de la tarde.
Uno a uno fueron saliendo los pasajeros:
1- Una mujer de auténtico tacón dorado que llegó a visitar a su ligue Alemán. Me dio mucha risa porque en cuanto salió por la puerta y la recibió su alemán un par de viejitas que estaban junto a mi se atacaron de la risa de las fachas que traían y dijeron algo de los extranjeros que no entendí muy bien (solo el auslander)
2-  Un par de señores que fueron recibidos por su hija mexicana y por su novio/esposo/amante alemán. Lo primero que hizo la señora fue sacar de su bolsa un bonche de revistas TvyNovelas y darselas a su hija mientras le decía: Mira lo que te traje del "duty free" (no se si eran TvyNovelas o TeleGuia pero eran claramente el tipo de revistas que yo veía en la peluquería)
3- Tres docenas de alemanes con sombreros de charro o sarapes color turista o playeras del Señor Frogs (No en vano a los alemanes les dicen los gringos de Europa)

Siguieron saliendo personas, pero nadie tan interesante como los paisanos que describo arriba y que demuestra que EUA ya nos queda chico y ya iniciamos la colonización teutona. Y nada de Ana...
A las 4 de la tarde ya nadie hablaba español y el vuelo procedente de México ya no estaba en la pantalla de información. Las viejitas que se habían reído de la paisana voltearon a verme y me preguntaron que si esperaba el vuelo de Argentina. Ay! hubieran visto sus caras cuando les dije que no, que esperaba a alguien que venía de México. Se miraron a los ojos y pusieron una expresión que solo puede describir como una mezcla entra lástima, preocupación y empatía. Me dijeron que cuando el vuelo desaparece de la pantalla ya no hay mas pasajeros por salir, que si estaba seguro que había abordado el avión! (todo esto me lo dijeron en alemán y ahora estoy bien orgulloso de haberles entendido). En un parpadeo (augenblick) una de ellas ya había preguntado a un fulano del aeropuerto y me dijo que tenia que ir a preguntar por ella a la sala A2. Para ese momento tenía el corazón en la boca y ya me imaginaba a Ana Laura encerrada en el "cuartito" esperando su vuelo de deportación sin tener forma de comunicarse conmigo. Ya les estaba explicando a las viejitas como era Ana, por si salía en lo que iba a preguntar por ella, cuando se abrió la puerta y apareció! eran las 5 de la tarde...
Qué pasó? ya nos platicará Ana Laura, mientras les dejo las fotos del viaje en tren a Tübingen:


En la terminal de trenes del aerouerto. Hice caminar a Ana de un lado a otro de la plataforma porque no entendía el mapa del tran y en que dirección iba a llegar



En el tren de alta velocidad donde nos sentamos cerca de un señor que era igualito al Tio Pepe




Yo y mi cara de migraña derivada de la emocionante espera en la terminal C

Bonus: ¿Cómo una niña chiquita como Ana que usa ropa chiquita pudo estar a punto de exceder el peso máximo de equipaje? por mis encargitos!!! La ropa que me mandaron Alfred y Yoyis, mis chilaquiles, mis tajines y mis dulces!!!




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